noticias

17/octobre/2018

El Real Alcázar acometerá en 2019 trabajos de conservación preventiva del conjunto de las yeserías del Palacio Mudéjar

Esta intervención, la primera que de forma integral se acometerá tras muchísimos años, determinará un gran proyecto posterior de varios años para la restauración de las yeserías

Esa fase inicial durará seis meses y se compatibilizará con las visitas pues la intención es difundir también el trabajo de los profesionales en la conservación y restauración del Real Alcázar

El Real Alcázar de Sevilla ha elaborado un proyecto de conservación preventiva y de mantenimiento de los revestimientos con yeso del conjunto de las salas y los patios del Palacio Mudéjar, cuya finalidad es evitar su deterioro mientras se elabora otro de mayor envergadura para afrontar una restauración de los mismos. La primera de tales intervenciones, presupuestada en casi 76.500 euros y que deberá contar con las preceptivas autorizaciones de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, se pretende abordar en 2019 a lo largo de seis meses, planificándose por fases para no impedir la entrada a esta amplia zona del monumento “y permitir, además, que los visitantes conozcan el trabajo de los profesionales, conforme al programa ‘El Real Alcázar, abierto por obras’”, ha sostenido el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz.   

En concreto, se pretende atajar los problemas de fisuras, grietas, pérdidas de piezas y fragmentos, desgastes, separaciones y oquedades, oxidación de clavos de fijación, manchas, cambios de tonalidad o ennegrecimiento debidos a factores ambientales (humedad, cambios bruscos de temperatura), biológicos (actividad microbiológica y de palomas y murciélagos) o antrópicos (intervenciones inadecuadas a lo largo de la historia de un palacio construido a iniciativa del Rey Pedro I, entre 1356-1366, o la acción incívica de visitantes).

Los espacios incluidos en esta primera intervención de conservación preventiva son el Salón de Embajadores, el Salón de Toledanos; el Salón de Sevillanos; el Patio de la Muñecas; el Salón del Techo de Felipe II; la Cámara Regia; las Salas de los Infantes; la Sala del Techo de los Reyes Católicos; el Cuarto del Príncipe; la Sala de los Pasos Perdidos, y el pasillo de acceso desde el vestíbulo hacia el Patio de las Doncellas y el propio vestíbulo. “Son zonas que requieren una ejecución de actuaciones precisas y urgentes, puesto que hace muchísimos años que no se actúa de manera preventiva e integral en las mismas”, ha argumentado Muñoz.

Estos trabajos consistirán en la limpieza de las zonas a intervenir, la instalación de protecciones provisionales cuando se detecte peligro de desprendimiento de piezas previas a las propias sujeciones, el tratamiento en las grietas y fisuras y labores para la consolidación de bordes disgregados y, por último, la fijación de las placas y los fragmentos donde los especialistas consideren que podría haber riesgo de caídas o desprendimientos.

En el caso de las decoraciones en yeso, la cronología abarca desde las ejecutadas en la construcción del Palacio por el Rey Pedro I en el XIV hasta las realizadas durante los siglos XVI y XVII, las afrontadas en el XIX como imitación granadina y las distintas aportaciones del XX. Y todas ellas han de ser preservadas, desde las originales hasta las últimas, puesto que, según las legislaciones de Patrimonio Histórico de España y de Andalucía, se consideran adiciones históricas. Se deberán cumplir los criterios de respeto al original, mínima intervención y materiales compatibles con los originales, reversibles o fáciles de extraer.

El yeso es un material frágil y de fácil degradación ante los elementos atmosféricos. El Real Alcázar encargó hace unos meses a una empresa especializada la realización de un análisis sobre las yeserías, cuyas conclusiones fueron determinantes para ese proyecto de primera intervención. “La conservación preventiva y de mantenimiento seguirá el criterio de la mínima intervención y los estudios más pormenorizados a lo largo de estos trabajos servirán como base para el futuro proyecto de restauración, atendiendo a distintas líneas de investigación y del conocimiento profundo de estas zonas patrimoniales, para así concebir y ejecutar la intervención más adecuada. Se trata del mismo proceso que se ha seguido para el conjunto de la restauración de la cerámica del Palacio Gótico: primero actuar de forma urgente y preventiva y frenar daños para después abordar la minuciosa la labor de mantenimiento y restauración que se prolongará varios años”, ha argumentado el delegado.