El jardín de mediodía de La Danza limita a través de los muros de los ánditos transversales con el Jardín de Troya y el de Mercurio (fig. 46), y con el muro del ándito longitudinal al Jardín de las Damas (fig. 47).
El Jardín es rectangular, ordenado en dos niveles, presidido el primero por columnas de mármol y centrado el segundo por una fuente poligonal cubierta de azulejos y con saltador de bronce del s XVI (fig. 48). La unión en el nivel inferior con el Jardín de Troya se realiza mediante un vano que forma un arco de medio punto en el muro que separa ambos jardines y unos peldaños que salvan el desnivel existente entre ambos. A través de una escalera dieciochesca se asciende al monumental estanque de Mercurio (fig. 46). En el alzado Noroeste nos encontramos en la parte superior la fachada del Palacio Gótico, quedando en esta orientación la Sala de las Bóvedas o de las Fiestas, así como la Capilla y la Biblioteca; en el nivel inferior se accede a los Baños de Doña María de Padilla, edificados por los almohades en el s. XII.
Tiene cuatro parterres en el nivel inferior, así como unos bancos de fábrica tapizados de azulejos sevillanos. En el nivel superior tiene dos parterres de grandes dimensiones y otros dos pequeños que quedan adosados a la escalinata dieciochesca.
Bajo la denominación de Jardines bajos del estanque se sitúa este jardín en dos niveles, EL espacio comenzará a ordenarse en torno al mes de marzo del año de 1574, abriéndose las zanjas para introducir la infraestructura y se compran piezas de azulejos al ollero Roque Fernández, cuyo fin era el alicatado de las fuentes proyectadas; como mínimo dos, la denominada del Signo, situada en el primer espacio del jardín, y otra circular en el segundo. El encargado del surtido fue el latonero Francisco Jiménez23. A sus labores se añadió las de alicatado mediante piezas cerámicas servidas por el trianero Roque Fernández24.
En el año 1576 se continuaba adecentando este espacio mediante la formación de unas gradas que salvasen el cambio de cota. Una vez culminadas las escaleras de comunicación con el Estanque se forman los andenes del primer tramo del jardín25. Por estas fechas se construyó una pared para dividir el jardín alto questa pegado al estanque del otro questa mas bajo, este es el muro divisorio entre el jardín de la Danza y el del Estanque.
Hasta entonces el jardín debía quedar dividido en dos estancos centrados por una fuente. La primera, del Signo, debía tener planta alicatada estrellada, si bien su taza debía ser hexagonal, y su surtidor alegórico, tal como lo vemos en la actualidad. En el segundo espacio la fuente sería circular, con diez caños. No obstante en el espacio resultante parece que se proyectaron otras fuentes, así se encargó un caño a Francisco Jiménez “para unas fuentes que se harán en el jardín questa pegado a las salas de las bóvedas26”. En el año de 1577 se realizaron los andenes y pudieron rematarse otras tres fuentes en este ámbito.
En Febrero de 1577 se emprenden las obras del pasadizo que comunica con el crucero. A principios del mes de julio se labraban los poyos del pasadizo, que son los situados en el centro del actual Jardín de la Danza27. Se trataba de elementos de fábrica forrados de azulejos cuadrados, vendidos a cuatro maravedíes cada uno, surtidos por Cristóbal de Augusta y su suegro Roque Fernández, lo que condicionaba su estilo pintado, herencia de los azulejos pisanos.
Otro elemento estético de estos jardines bajos del Estanque fueron los cierres de los parterres ajardinados. En el año 1578 los carpinteros estaban haciendo ”estacas para las mesas del xardín grande de quarto rreal questa junto al estanque28”. Parece que estos trabajos se basaban en la organización de los setos para cubrirlos después con arrayán, hecho realizado entre enero y abril. Estas son las últimas intervenciones en el patio en este tiempo, que recibe bastantes variantes en su nomenclatura: Jardín abajo del estanque, Jardín questa pegado a las salas de las bóvedas y por último Jardín grande del quarto Real questa junto al estanque.
Este conjunto era el mayor de cuantos surcaban el mediodía de palacio. Pudo gozar de cuatro fuentes, de las cuáles una se conocía como fuente del Signo, que debe haber llegado hasta nosotros, centrando el corredor que accede al crucero y las Damas. La otra, circular, se ha perdido pudiendo centralizar el espacio contiguo. Todas ellas presentaban alicatados de azulejo. El primer tramo del jardín estaba limitado por el muro que lo separaba del estanque grande donde se abría la escalera de acceso, ambos construidos ahora. El tramo central del sector se ordenó mediante bancos de fábrica forrados de azulejo que flanquean el acceso al jardín del crucero.
A fines del Quinientos parece definitivamente conformado el espacio. Carece de nombre específico, de ahí su denominación en un parecer de Lorenzo de Oviedo de 1598 en el que describe las obras pendientes:
“en el jardín nuevo y en el de las Damas questa junto a el es menester acabar un ándito questa començado y solillo y facer tres fuentes repartidas en el dicho ándito”.
Aquellas obras se llevaron a cabo en 1601. Se trató del solado de la superficie, obra realizada por Ciscos Muñoz, tasada en ese año por Resta y el veedor Luis de Vides, refiriéndose a ellas del siguiente modo:
“Sevilla, marzo de 1601. Quenta y razón de las pieças de ladrillos y holambres y azulejos y alizares y verduguillos que han entado en la solería de los demás jardines que estaban por solar que son a cargo de Ciscos Muñoz, albañil, en la manera siguiente contados uno a uno por mano de Vermondo Resta Maestro Mayor de estos Alcázares, presente Luis de Vides, veedor de ellos: Jardín alto donde está el Castillo de Arrayán y la fuente de la estrella (del signo), en el jardín donde están las tres veneras, más bajo que el de arriba, más entraron en los dos poyos aforrados que están en este dicho jardín y en otros dos que están más adelante, el uno en el estanque en el que está la gruta (...)”
ARRAS. Lég. 225. Doc. 61
Con el cambio de centuria el jardín de La Danza distaría poco de la etapa posterior, teniendo como único cambio la sustitución de la escalera de bajada desde el estanque, que acaece en 1610, obra efectuada por Pedro Martín bajo proyecto de Vermondo Resta. La futura denominación de jardín de La Danza se le dará en el siglo XX cuando se instalen las figuras recortadas en la murta simulando danzar en coro, tal como describiese en 1634 Rodrigo Caro. Ello nos sugiere una parcela por completo decorada con labores del Ars Topiaria. Se trataba de figuras vegetales rematadas por cabeza y manos de barro cocido, pintadas29. Esta decoración corrió a cargo de Lucas de Esquivel por aquellas décadas, siendo con posterioridad sustituidas.
Respecto a la albañilería, en el año 1623 se realizaron trabajos en este espacio por Pedro Martín, dirigidos por Vermondo Resta. Podemos conocerlos por algunas noticias de pagos así como por la tasación final que de todo el trabajo de Martín hizo el milanés un año más tarde30:
Tasación de las obras de Pedro Martín por parte de Vermondo Resta en el año de 1624:
“(...) Mas tres veneras de azulejos de cortarlas en Barro de Triana y ajustarlas la una en la plaça delante de la portada nueva del jardín de las Damas y las otras dos en la plaça del jardín de las Danças, que todas se costo y asiento se tasaron en 200 mrs.”
Año de 1624. Gestoso, T.1. Pág. 695.
En rigor tales tareas se basaron en la sustitución de la solería y otros reparos en las fuentes y decoración por medio de azulejos pintados suministrados por el taller de los Valladares.
En el año de 1675 se realizaron reparos en los burladores que debieron ser instalados en este periodo (fig. 48), si bien de ello no quede constancia documental, también se preparaban las figuras de madera prototípicas de ars topiaria por parte del carpintero José García. Sus trabajos fueron completados con las manos de barro cocido facilitadas por Juan Gaitán:
“Nueve pares de manos de barro cocido a nueve reales cada par para las figuras de la danza de los jardines”
ARRAS. Lég. 158. Hijuelas de 1675. Marín Hidalgo. T.2.
No se puede precisar la cronología de las dos columnas rematadas en las figuras que dan nombre al jardín, y que describió Gestoso. Se trataba de dos esculturas de tamaño natural de plomo que representan a una ninfa y un sátiro en actitud de baile (fig. 49). El sátiro estaba bien conservado cuando escribe, considerándola imagen del XVI. La ninfa había sufrido multitud de reparos que hacían difícil su adscripción. Las dos estaban situadas sobre dos columnas de mármol blanco, que descansan sobre pedestales de mampostería. Bonet Correa dice que ambas se encontraban en los almacenes del Alcázar en 1801, siendo entonces colocadas, lo que permitió la contemplación del cronista.
La morfología de este espacio a partir del XVII perdura sin excesivos cambios, manteniéndose una primera zona ajardinada mediante dos parterres, corredor central y crucero en la zona más occidental.
La actuación se representa en los planos 22-26. El proyecto supuso analizar todas las aportaciones que en cada época se han realizado, para en la actualidad configurar un jardín que asuma la riqueza heredada y dé respuesta a su situación actual. Arquitectónicamente se restauraron las fábricas góticas realizadas por canteros burgaleses, los lienzos de muralla almohade, los bancos, las fuentes y la escalinata renacentista, dando finalmente respuesta al conjunto paisajístico de acuerdo al actual uso del Jardín.
El palacio Gótico de Alfonso X el Sabio es admirable por su belleza, proporciones y armonía. Está construido por canteros burgaleses traídos por el Rey Sabio. Las piedras extraídas de la cantera para ser sillar en el edificio se asientan en el muro donde su simetría, perfección y belleza particular sirve para contribuir a la belleza y estabilidad total. Cada sillar descansa sobre otros, y con su fortaleza sirve a su vez de apoyo a los que le rodean. La fábrica de sillería contrasta fuertemente con la construcción de tapial y ladrillo.
Esta piedra, como todas, después de tantos siglos a la intemperie está sufriendo un deterioro progresivo. Para detener esta alteración se ha aplicado un sistema tan antiguo y comprobado como es la jabelga, con lo que no se altera nada las características del edificio y se protege. Además se le puede añadir color, como antiguamente se hacía en estas latitudes llenas de luz y color. La jabelga aplicada, que no oculta la fábrica de piedra, se ha procurado que tenga el mismo tono y color de los restos que han llegado hasta nosotros. La jabelga es un mortero de cal compuesto de una cal de alta pureza en hidróxido cálcico, árido de marmolina y pigmento mineral. Es conocida como revestimiento de sacrificio, porque protege a la piedra silicocalcárea de la acción corrosiva del anhídrido carbónico del aire.
El mantenimiento de los edificios es un factor importante a considerar. En los edificios construidos con piedra, se dejaron de aplicar las prácticas antiguas de mantenimiento, de conservación de la piedra, llevadas a cabo por los hombres que labraron la piedra y la conocían por su contacto directo con ellas.
Los revestimientos con mortero fino a la cal aplicados con brocha, o con otros procedimientos, en las denominadas jabelgas, aportan protección a la piedra cumpliendo las siguientes misiones: protección contra el CO2 atmosférico, protección contra el SO2 y SO3, refuerzo y consolidación de la piedra, protección contra el agua y sus efectos, protección de acciones destructivas mecánicas, solares y biológicas, embellecimiento de la piedra y además es un material ensayado por el tiempo comprobando sus buenos resultados.
La jabelga aísla a la piedra del contacto directo con el anhídrido carbónico atmosférico y de los gases contaminantes. La piedra arenisca caliza, calcoarenita, con la que está construido el Palacio Gótico, químicamente está constituida por carbonato cálcico principalmente, sílice y otros compuestos minoritarios. El carbonato cálcico está en contacto con el anhídrido carbónico atmosférico. Este gas procede de la respiración de los seres vivos, de la combustión de carbones minerales o vegetales, aceites minerales, petróleos, gasolinas, etc., productos contaminantes que van en aumento progresivo. El anhídrido carbónico va disolviendo las piedras calizas, según la siguiente reacción:
El bicarbonato cálcico es un producto muy poco estable y muy soluble en agua, de tal forma que la caliza se va disolviendo con el agua de lluvia, por la formación de bicarbonato cálcico, que unido a la acción de agentes agresivos hace que la piedra se vaya disgregando y desapareciendo. Esta acción se produce más intensamente en las partes bajas de los edificios, debido a que el gas carbónico es más pesado que el aire, estando más concentrado en las partes bajas. Ello, unido a la continua presencia del agua, contenida por capilaridad en las zonas bajas de los muros, imprescindible para transformar el anhídrido carbónico atmosférico en ácido carbónico, disuelve el carbonato cálcico de que se compone la piedra. Y esto se corrobora, a simple vista, observando el deterioro de los antiguos edificios de piedra.
La jabelga protege ante el CO2 atmosférico. Esta acción directa en la piedra se puede evitar con la aplicación de revestimientos de mortero de cal, durante el largo periodo en el que el hidróxido del mortero se va carbonatando, al reaccionar con el gas carbónico atmosférico. El mortero no sólo no se deteriora y protege a la piedra, sino que se va reforzando y endureciendo cuanto más carbónico exista en la atmósfera. El proceso es muy lento, y mientras se va produciendo la piedra mantiene sus propiedades. La cal se combina con el gas carbónico, neutralizándose, haciéndolo desaparecer, de forma que no puede llegar a la superficie de la piedra sobre la que se ha colocado el mortero, motivo por el que es recomendable que éste sea rico en cal. La reacción de la lenta carbonatación se realiza de acuerdo a la siguiente formulación:
La duración defensiva del mortero a la cal depende de muchos factores: de la pureza de la cal del mortero, de la cantidad que contenga en su dosificación, de la humedad ambiente, de los gases atmosféricos, de la compacidad, etc., pero es normal que este mortero dure más de cincuenta años e incluso siglos. Cuando la cal esté totalmente carbonatada, ha cumplido su misión de protección, avisa iniciando su descomposición y es el momento en el que habrá que reponerlo con otro mortero joven de cal, en el importante trabajo de mantenimiento de los edificios y especialmente en los grandes edificios de la arquitectura. Por tanto, al haber aplicado jabelga sobre la superficie de la fábrica de sillería del Palacio gótico, además de mantener la textura del despiece de los sillares y embellecerlo se está consolidando y protegiendo para el futuro.
El Real Alcázar ha sido mudo testigo del devenir de la historia, basta con considerar que las primeras reuniones antes y después del descubrimiento de América se desarrollaban en estos ámbitos, hasta construirse la Casa de la Contratación. Y en estos callados jardines se trasplantaron muchas plantas desconocidas en Europa y originarias de América.
La propuesta para el ajardinado del Jardín de La Danza mantiene las especies vegetales existentes de los parterres. Así permanecen los naranjos amargos en espaldera (Citrus aurantium L.), en los parterres se mantienen los acantos (Acanthus mollis), el boj (Buxus sempervirens L.), los dos magníficos magnolios (Magnolia grandiflora L.), los árboles de Júpiter (Lagerstroemia indica), los trompeteros (Datura arborea L.), las palmeras datilíferas (Phoenix dactylifera), y las clivias (Clivia miniata). En las balaustradas de las escaleras se mantienen y potencian los jazmines (Jasminum officinale).
Las nuevas especies se contemplan en los parterres perimetrales de los ánditos y del Palacio Gótico. Se potencian los naranjos en espaldera (Citrus aurantium L.). Los parterres donde se sitúan los naranjos en espaldera se cubren con cuatro especies aromáticas: Albahaca (Occinum basilicum), santolina (Santolina rosmarinifolia), poleo (Mentha polegium) y Tomillo (Thymus vulgaris).
En las macetas de los ánditos se proyectaron las siguientes especies vegetales: los clásicos y aromáticos claveles del Alcázar (Dianthus caryophyllus), albahaca (Occinum basilicum), menta (Mentha piperita) y lavanda (Lavandula angustifolia, Lavandula latifolia, Lavandula lanata, Lavandula dentata y Lavandula multiflora).
La privacidad de estos jardines para disfrute personal de reyes, príncipes, nobles, cortesanos de épocas sucesivas, fue motivo de que estos jardines repletos de plantas, perfumes y el susurro de sus fuentes, fuese el mudo escenario del devenir de la historia, del arte, de amores e intrigas que siempre han existido…
Estos jardines son en verdad un lugar privilegiado de ensueño, que los poetas de todo tiempo han sabido rememorar y los han hecho famosos, como quizá en el mundo no existan otros jardines históricos tan variados.
Finalmente se comprenderá que el trabajo de restauración de tan importantes patios y jardines ha supuesto un trabajo ímprobo, de investigación y estudio muy detenido para que éstos no perdieran su carácter histórico tan importante, de modo que las generaciones futuras lo tengan tal cual es en su esencia.