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Fig. 40.
Detalle del perfil estratigráfico.
desde los +6,30 m a los +8,50 m. Estos sedimen-
tos se caracterizan por una abundante matriz
fina, fundamentalmente de limo-arcillas que
incorpora cantos armados de arcilla y en algún
caso de nódulos de carbonato. Tanto la matriz
limo-arcillosa, como el color pardo-rojizo y los
cantos armados arcillosos pueden informar de la
procedencia cercana de los sedimentos, concre-
tamente de la erosión de los horizontes superio-
res de los suelos pardos del techo de la terraza
fluvial. Esto podría ser explicado como el resul-
tado de un proceso de coluvionamiento carac-
terístico de las vaguadas y escarpes de terrazas
fluviales. Es decir, la remoción e inmediata de-
posición en el escarpe de la terraza de las forma-
ciones superficiales (naturales o antrópicas) del
techo de la misma por parte de una escorrentía
superficial, no canalizada, y favorecida por la ele-
vada pendiente del escarpe dando lugar a un co-
luvión de ladera. La presencia de diversas estruc-
turas en este sector del Patio de Banderas debe
condicionar el desarrollo natural del coluvión,
que en lugar de disponerse ladera abajo con los
característicos depósitos inclinados en función
de la pendiente, pasan a colmatar de manera
irregular las estancias situadas a cotas más bajas.
La consecuencia principal de este proceso de
inundaciones será la subida de cotas en unos
tres metros respecto a los suelos del sótano re-
publicano. En otras palabras, si hasta el siglo II
d.C. existía un pronunciado desnivel hacia el Sur
corregido arquitectónicamente gracias al urba-
nismo romano, a partir del siglo III d.C. el terre-
no de todo este sector se estabilizará a la cota 10
snm y desde entonces cualquier actividad cons-
tructiva, como las de los siglos V, VII, XI o XX,
no hará más que adaptarse a un terreno plano,
superponiéndose sucesivamente hasta llegar a la
cota actual, 12’40 mts. snm.
Restos tardo antiguos. Fines s. V
En el perfil arqueológico mantenido en la cripta
se aprecian dos intrusiones murarias que pene-
tran en los niveles sedimentarios pertenecientes
a la citada inundación. Se trata de las estructuras
de mampostería menuda, que formaron parte de
la cimentación de sendos muros, ya desapareci-
dos, del edificio tardo antiguo fechado a fines del
siglo V. El primero de ellos se superpone a la fa-
chada romana cuya parte superior aparece afec-
tada por su zanja de cimentación acusando un
agudo desplome tal vez provocado por su peso.
Estos muros pertenecieron entre los siglos V y
VII a un edificio de grandes dimensiones dis-
puesto en torno a un gran patio central rodeado
por una galería que daba acceso al resto de las
estancias. Éste queda delimitado por una co-
lumnata de la que conservamos la cimentación
