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• Reintegración de fragmentos caídos du-
rante el periodo que la excavación ha per-
manecido abierta.
• Una vez protegido con malla geotextil y
para un mejor ajuste final al elemento, la
protección de poliestireno se aplica por
inyección, con un seguimiento específico
durante las labores de colmatación del ya-
cimiento.
Así mismo, ha sido necesaria la consolidación
de zonas concretas de rellenos de tierra y cor-
tes de excavación, sobre todo los que servían de
soporte a restos situados en estratos superiores
o más modernos. En estos casos, se han con-
solidado puntualmente las zonas inestables del
corte mediante el sellado de las grietas y el cosi-
do de las mismas. Con carácter general a todos
los cortes estratigráficos, se les han aplicado
dos manos de silicato de etilo mediante brocha,
de manera que se dota de una cierta dureza a la
superficie de contacto.
En el
sector sur
, la adaptación a las condiciones
finales de los restos arqueológicos situados en
la cripta se ha realizado de forma gradual o se-
cuenciada. Es importante destacar que estas es-
tructuras se encontraban —desde el final de la
excavación arqueológica— a la intemperie, por
lo que una variación brusca de sus condiciones
ambientales podría haber incidido en sus con-
diciones de conservación. Por este motivo, con
independencia de los tratamientos de conser-
vación que en una primera actuación se reali-
zaron a los restos arqueológicos, se establecie-
ron otras medidas complementarias dirigidas al
acondicionamiento ambiental del espacio de la
cripta, regulando de manera sencilla su hume-
dad ambiente y ventilación.
Fig. 46.
Columna de ladrillo, con restos
de revestimiento, perteneciente a
la crujía Sur.
