EL PATIO Y JARDÍN DE TROYA

Descripción del patio y el jardín

Entre el Jardín de la Galera y la Danza se situaba una huerta transformada en jardín manierista denominado hoy de Troya, con una gran fuente en el centro (fig. 22).

En la fachada del alzado Noroeste destaca una galería abierta mediante arcos de medio punto sobre columnas de capitel dórico que nos comunica el Palacio con el Jardín por medio de una escalera (fig. 23). En el lado sur la muralla de separación con el nuevo jardín de las Damas se localiza un corredor firmado por Vermondo Resta, iniciado en 1612 y muy similar en su concepción a la galería del Grutesco que flanquea parte del testero oriental del estanque. Lo más destacado del muro que se adosa a una tapia, construida en 1606, de separación de las Damas y Galeras es el uso del opus rusticum (fig. 21). La galería puede recorrerse en su nivel superior, quedando rematada por barandillas de forja entre pretiles de fábrica en los que alternan cuadros lisos.

El patio está pavimentado con una bella alfombra de solería de ladrillo con olambrillas de azulejo color azul. Sus límites interiores y exteriores están delimitados con una cenefa de ladrillo a sardinel y líneas de cerámica vidriada azul.

Figura 21. Fuente del Jardín de Troya, al fondo el Jardín de la Galera Figura 22. Galería de Lorenzo de Oviedo del Patio de Troya

Referencia histórica

Junto al jardín de Galera se situaba el del Laberinto, posteriormente conocido como Troya, incluido en la denominación genérica de jardines bajos del estanque. Su planteamiento es temprano, nombrándose en el año de 1573 en un parecer de los maestros mayores Antón Sánchez Hurtado, Juan de Simancas y el veedor Francisco Jiménez12.

A partir de este momento se multiplican las noticias al respecto de su formación, solándose de piedra sus andenes y proyectando unas fuentes13. En torno al mes de abril comienzan a preparase los azulejos para alicatarlas y se enalmagran los andenes14.

A lo largo de estos años los azulejos necesarios fueron surtidos por el ollero Roque Fernández, en concreto tabletas, azulejos cuadrados y otras piezas. En el mes de octubre los albañiles cortaban azulejos para la fuente questa en el jardín del Laberinto, además el latonero Francisco Jiménez surtió de caños la fuente central15.

Figura 25. Joaquín Sorolla pintando en el jardín de Troya. 1918Figura 26. Rincón de Grutesco del Alcázar de Sevilla. Firmado: J. Sorolla. 1910. Óleo sobre lienzo, 95 x 64 cm. Museo Sorolla, Madrid

A finales del mes de febrero los carpinteros hacían un marco y una puerta para la sala del quarto rreal al jardín del Laberinto, y una armadura para las parras del dicho jardín, nuevamente entendidas como cubierta del corredor, obra que terminaba entre 21 y 26 de marzo de 1575. En junio de 1576 los jardineros empañaban las paredes de los jardines con naranjos, realizándose con seguridad estas labores en el jardín del Laberinto16.

Entre los años 1574-76 el jardín quedó emparejado por medio del corredor que comunicaba con el cuarto real al norte, reparado y cubierto de parras. Sus andenes estuvieron empedrados y exhibía una fuente central y una pila, que posiblemente corresponde con la actual. Las altas tapias que delimitaban su superficie quedaban disimuladas mediante la plantación de naranjos en su lado, tal como hoy vemos. El nombre del Laberinto pudo deberse, como apuntase Marín, a que en este momento inicial presentara dicha disposición, aprovechando la planta cuadriforme que posee.

Hasta el año de 1584 no volvemos a tener noticias. Entonces se realizaban unas basas para el corredor que sale al jardín del laberinto17, es decir el del flanco norte que había sido remodelado diez años antes. Las operaciones continuarían en el año posterior, surtiendo el rejero Diego de Corbella barandas aprovechando unas rejas viejas que le fueron facilitadas18.

Figura 27. Patio del Rey Don Pedro. Firmado: J. Sorolla. 1910. Óleo sobre lienzo, 63.5 x 695 cm. Museo Sorolla, MadridFigura 28. Óleo de Gustavo Bacarisas

Lorenzo de Oviedo proyectó la galería de arcos de medio punto sobre columnas dóricas que vemos en la actualidad, y que suponen un hito de clasicismo en comparación con el corredor frontero. Conllevaron las labores de dicha fachada la formación de la pequeña escalera, así como su cubierta adintelada. Se conserva un pago al albañil Ciscos Muñoz a cuenta de la colocación de la solería en este patio fechado en 1599, el cual posiblemente obedezca a la definitiva eliminación del Laberinto, pues a partir de entonces pasa a llamarse como Troya.

A partir de 1606 el Maestro Mayor Vermondo Resta propone la actual fachada sur, constituida por pilares rectangulares con pares de pilastras inscritas, que se convertía en la separación con el reciente conjunto de las Damas. Lo más destacado del muro, es el uso del opus rusticum que los teóricos convenían idóneos para los jardines y que supone un perfecto ensayo previo a la concepción de la galería del Grutesco.

El módulo se conforma como un mirador al nuevo vergel de las Damas. En su parte superior resultaba un espacio transitable desde el Jardín de Galera. Por debajo se cubría por bóveda de medio cañón, ostentando en sus paredes hornacinas y arcosolios decorados mediante pinturas. La combinación de este efecto con la vegetación produce una imagen prototípica del Manierismo.

Plano 14. Planta del Patio y Jardín de TroyaPlano 15. Alzado norte del Patio y Jardín de Troya. Galería de Lorenzo de Oviedo y al fondo el Palacio Mudéjar de Pedro I de Castilla

En Julio de 1611 el pintor Diego de Esquivel pinta de verde la reja de madera del jardín que tenía treinta baras de largo y media de alto, por lo que percibió 150 reales19, es decir dieciocho metros por treinta centímetros de altura. Sin duda este elemento debía limitar los arriates de plantación de naranjos que rodeaba la estancia.

A partir de 1622 Pedro Martín dirige algunas tareas importantes, encalando el pasadizo alto y la bóveda del corredor existente bajo éste, que sería pintada al fresco por Lucas de Esquivel20, que recreó figuras, jaspes y estofados de cogojos. También pintó el del corredor norte sito bajo el salón del techo de Carlos V. Siguiendo con las labores de albañilería, se colocaron alizares y ladrillo en aquellas partes que el alicatado lo necesitaba, y se encaló una fuente llamada de los escalones, que debió llevarse a cabo por entonces, de la que se conoce por documentación que era de mármol y presentaba una estructura de gradas de piedra jaspe blanco y negro Aquella sería sustituida a lo largo del siglo XVIII, pues en los planos de dicha centuria aparece la planta de la actual. Por la tasación de Vermondo Resta firmada en 1624 sabemos cuales fueron las obras de albañilería principales21.

Para culminar el siglo XVII tenemos la noticia de un pago de pintura por la redecoración de la galería grutesca:

“Joseph Shz Borrospe 24 y Tesorero de los alcázares expido un libramiento de 1000 rs de vellón en 26 de Junio de 1675 a favor de Juan Van Mol, maestro pintor vecino desta ciudad de Sevilla en que se contrató de su orden la pintura de siete arcos grandes y dos pequeños que están en la pared que corre desde la esquina de Troya hasta la puerta de ferro junto a la Dança de los jardines, y retocado de los jaspeados que había en la pared …”

Figura 29. Cartel de la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Jardín de TroyaFigura 30. Cartel de la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Jardín de Troya

1675. Gestoso, T1. Pág. 698. Marín Hidalgo, T.2.

Respuesta al pago por parte de Juan de Mol:

“De las pintoras que pinte en los arcos ... siete fabulas y la portada de jaspe junto a las Danças”

1675. ARRAS. Lég. 225. Doc. 91 y Lég.65. Gestoso, T1. Pág. 699.

En relación a aquel propuesto a fines del Quinientos, el Jardín de Troya había cambiado bastante. En primer lugar presentaba una solería completa que anuló la disposición de laberinto que le daba nombre, ostentaba dos hermosas galerías en cada testero, la de corte clásico obra de Lorenzo de Oviedo y la manierista de Vermondo Resta, que se convertía en mirador de los jardines nuevos, con los que conectaba física y visualmente. Aquel elemento estuvo decorado por medio de pinturas, además las paredes aledañas eran ricas en vegetación lo que le daba a la zona un aire claramente moderno. Sobre las fuentes, la pila de levante se mantendría, si bien la fuente central fue reemplazada por otra denominada de las escaleras, que no ha llegado a nosotros, ya que en la actualidad apreciamos una taza de mármol con surtidor único en su centro. Esta planta se ha conservado desde el siglo XVIII, con la única novedad de la citada fontana, colocada entre 1675-1759. Desde entonces su articulación es la actual.

Joaquín Sorolla pintó en este patio como vemos en su fotografía (fig. 25), inspirándose en él para proyectar su casa de Madrid. Dos de sus cuadros son de 1910 (fig. 26 y 27). También Gustavo Bacarisas nos ha dejado un bello óleo de este patio (fig. 28).

Las imágenes de este Jardín fueron el motivo de dos carteles de la Exposición Iberoamericana de Sevilla. 1929-1930 (figs. 29 y 30).

Intervención

El proyecto de intervención se representa en los planos 14 a 18.

En el patio se restauraron todas sus fachadas, la hermosa galería clásica de Lorenzo de Oviedo (figs. 31 y 32) y la manierista de Vermondo Resta (fig. 23). Los paramentos de la fachada del Palacio Mudéjar que definen el plano del fondo de la galería de Lorenzo de Oviedo se revistieron con un mortero de cal pigmentado en masa del color de la fábrica de ladrillo del Palacio Mudéjar para definir la continuidad del paramento (fig. 28). En la galería manierista se abrieron los huecos bajos los arcos históricos que en épocas pasadas habían sido cegados, comunicando visualmente con el Jardín de las Damas. También se restauraron las columnas, los herrajes, los pavimentos y las escaleras.

Plano 16. Alzado oeste del Patio y Jardín de Troya que limita con el Patio y Jardín de la GaleraPlano 17. Alzado sur del Patio y Jardín de Troya. Galería de Vermondo Resta. Limita con el Jardín de las DamasPlano 17. Alzado sur del Patio y Jardín de Troya. Galería de Vermondo Resta. Limita con el Jardín de las Damas

El centro del patio lo preside una fuente alicatada con una bella composición de cerámica sin vidriar y azulejos de un sin fin de colores. El agua llena la atmósfera con su movimiento, su frescor, sus reflejos, su sosiego y el sonido sobre la azulejería. Se pudo descubrir como era la combinación geométrica de los azulejos vidriados y las piezas cerámicas sin vidriar, pudiendo recuperar su geometría, su brillo y su color (plano 19). Al agua le acompañaría la vegetación en todos los arriates perimetrales y a través de macetas con especies aromáticas se restauraron también los aromas.

El color y la protección de las pinturas

En todos los trabajos de restauración de estos tan interesantes jardines se encuentran sorpresas sumamente emotivas como son pinturas al fresco sobre estos tan antiguos muros, restos de decorados coloreados, elementos constructivos ocultos por otras intervenciones anteriores.







Figuras 33-36. Restos de decorados coloreados en el patio y fragmentos de pinturas al fresco

Así se acompañan las imágenes como testimonio de lo encontrado (figs. 33-36). Apareció un pájaro, perfectamente pintado al fresco, decorado con la riqueza coloreada y variedad de su plumaje (fig. 37). La mano que lo dibujó tan perfectamente quizá fuese uno de los muchos pintores artistas, que tanto proliferaron siglos atrás en la Sevilla barroca de entonces. Es tan sugestivo que posiblemente sea el retrato de algún pájaro tropical traído como novedad durante el descubrimiento de América, en que Sevilla y este edificio tuvieron tanto protagonismo.

Figura 31. Galería de Lorenzo de Oviedo vista desde la galería de glicinia del Jardín de la GaleraFigura 32. Galería de Lorenzo de Oviedo con el fondo del color de la fábrica de ladrillo del Palacio MudéjarPlano 19. Despiece geométrico de la fuente del Jardín de Troya

También aparecen pintados restos de dibujos decorativos coloreados, pintados al fresco, formando arcos, grecas y motivos arquitectónicos.









Figuras 38-42. Fases de la protección de los pequeños fragmentos de pinturas al fresco. Para ello se han aplicado lienzos, mallas y se han cubierto para su mejor protección con una capa de mortero de cal, revistiendo finalmente los paramentos con su acabado

Por ser pequeños fragmentos, que quizá pasado un tiempo en otra fase de restauración con otros fines, se precisen, para que no se alteren y se pierdan estos vestigios tan sugestivos se han protegido como muestran las fotografías 38-42. Para ello se han aplicado lienzos, mallas y se han cubierto para su mejor protección con una capa de mortero de cal, señalando el lugar de su situación.

Figura 37. Apareció un pájaro, perfectamente pintado al fresco decorado con la riqueza coloreada y variedad de su plumaje. La mano que lo dibujó tan perfectamente quizá fuese uno de los muchos pintores artistas, que tanto proliferaron siglos atrás en la Sevilla barroca de entonces. Galería de Vermondo Resta del Jardín de Troya

Cómo se descubre una columna

La ejecución de la restauración de este patio supuso muchos descubrimientos y continuas investigaciones comprometidas para acertar. Una de las sorpresas al restaurar los muros de este jardín aparece oculta, empotrada, una columna completa, perfecta, de mármol, que dejamos vista recuperando el arco de ladrillo que soporta (figs. 43-45). Este arco se había cegado históricamente, por los estudios previos intuíamos su existencia, pero fue emocionante  descubrir la columna íntegra y el arco, y hoy vuelve a ser visto.

Estos tipos de columnas son muy abundantes en este Palacio y en otros muchos de Sevilla. Estas columnas se solían traer de Italia, prueba de la prosperidad que tuvo el Real Alcázar. Los momentos históricos que aquí se desarrollaron, los personajes que dirigían la política de entonces, cuando comenzó la creación de aquel imperio de ultramar, era el Alcázar el lugar de reuniones de navegantes, conquistadores, comerciantes, clérigos… antes de construirse el edificio Lonja de Contratación.

Figura 43. Descubrimiento del capitel dórico de la columna de la galería de Lorenzo de Oviedo. Estaba empotrado en el muro Figura 44. Descubrimiento del fuste de la columna de la galería de Lorenzo de Oviedo Figura 45. Descubrimiento de la columna completa, perfecta que históricamente se había empotrado. Se dejo vista junto con el arco que soportaba. Galería de Lorenzo de Oviedo

Restaurar los aromas del Jardín de Troya

Este jardín está totalmente pavimentado, salvo por los parterres periféricos, condicionando el tratamiento vegetal. No puede dotarse de cobertura vegetal alguna, por lo que resulta un área totalmente expuesta a las radiaciones solares, al no actuar de filtro, como en los demás jardines, las copas de árboles y arbustos.

Es por tanto un área idónea a ajardinar con especies termófilas y heliófilas, adaptadas tanto a temperaturas altas como a coeficientes elevados de radiación.

Afortunadamente, éstas son características propias de la flora mediterránea, formada por numerosas especies perennifolias perfectamente adaptadas a periodos secos y de alta temperaturas que se extienden durante varios meses, normalmente desde la primavera al otoño. Los árabes las utilizaron e incorporaron a la jardinería varias especies, heredado su uso en algunos casos de los romanos. Entre ellas se encuentran varias especies aromáticas de alto valor ornamental.

Plano 20. Plano de jardinería del Jardín de Troya

La propuesta para el ajardinado del Jardín de Troya es por tanto convertirlo en un jardín de plantas aromáticas, cultivadas en los parterres periféricos y en macetas.

El proyecto, por tanto, se basa en cuatro actuaciones diferentes:

1.  Mantenimiento para los muros que separan el jardín de los jardines de la Galera y de La Danza, de los naranjos en espaldera (Citrus aurantium L.), que se mantuvieron, podaron adecuadamente y se potenciaron.

2. Plantación en el parterre contiguo al Jardín de la Galera de jazmines blancos (Jasminus officinalis) y rosales trepadores, cubriendo el macizo con cuatro especies aromáticas: albahaca (Occinum basilicum), santolina (Santolina rosmarinifolia), poleo (Mentha polegium) y tomillo (Thymus vulgaris).

3. Macetas sin vidriar. Se dispusieron cuatro, una en cada esquina de la fuente central y una en cada uno de los niveles horizontales del escalonado de los laterales de la escalera. En los maceteros de la fuente se plantaron cítricos. La especie vegetal de las macetas es lavanda (Lavandula angustifolia), pudiendo alternarse con diversas variedades: Lavandula latifolia, Lavandula lanata, Lavandula dentata y Lavandula multiflora.

4. La galería de Grutesco que separa el Jardín de Troya del Jardín de las Damas es bastante umbría. En ella se situaron macetones de cerámica vidriada en los que se plantaron también plantas aromáticas, pero mejor adaptadas a una menor disponibilidad de luz: menta (Mentha piperita) y orégano (Origanum vulgare).

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