Apuntes del Alcázar de Sevilla. Nº 16, 2015 - page 122

120 Apuntes del Alcázar de Sevilla
RESTAURACIÓN
altura del Cenador de Carlos V, construida como
paso entre los jardines y el exterior. Culmina la
Galería del Grutesco con un quiebro a la altura
del Jardín de la Alcoba, generando un mirador
más amplio que el resto del paseo pero con si-
milar disposición en fachada. Todavía hoy se ob-
serva perfectamente su apoyo sobre un lienzo de
la muralla islámica, derribados ya gran parte de
los tramos restantes que cerraban el recinto de
la Alcazaba.
«La elongada galería que, partiendo del
Jardín del Estanque se extiende hasta
terminar en la Huerta de la Alcoba, es una
de las obras cumbres de Resta en el Alcázar
sevillano y una de sus más importantes
aportaciones a nuestro manierismo»
9
.
El cambio de siglo
Ya se ha comentado que los primeros años
del siglo XVII supusieron un gran espaldarazo
para la renovación y adecentamiento del Alcá-
zar, en base a la anunciada visita de Felipe III
que nunca llegó a producirse. Tras su muer-
te en 1621 sube al trono su hijo Felipe IV, que
reina hasta 1665 y que prontamente en 1624
viaja a Sevilla gracias a la influencia del toda-
vía Alcaide, el conde-duque de Olivares. Con
el reinado de Carlos II hasta 1700 se cierra la
línea de los Habsburgo y comienza una etapa
más oscura —o quizá menos brillante— para
el palacio sevillano.
En lo que se refiere a la Galería del Grutesco,
están documentadas algunas reparaciones de
pintura sobre fachadas y barandas metálicas en
1675
10
; y ya a principios del siglo XVIII, bajo rei-
nado de Felipe V, multitud de trabajos de diversa
índole en jardinería, cerrajería o carpintería
11
. De
entre todos ellos, llama la atención la sustitución
de una viga grande llevada a cabo en febrero de
1733
12
, precisamente el año en que el Rey aban-
dona el Alcázar y traslada su corte.
En todo caso, fue el terremoto de noviembre de
1755 el que motivó mayores perjuicios tanto en
la ciudad de Sevilla como en el propio Alcázar y
en la Galería del Grutesco. Baena Sánchez alude
a los dos informes en los que quedaron recogidos
los daños ocasionados, en base a los cuales los
maestros mayores se plantearon la posibilidad
de derribar completamente la Galería para re-
construirla posteriormente. Finalmente, ante la
escasez de fondos, se optó por realizar obras de
refuerzo, que no comenzarían hasta 1759. Consis-
tieron en la renovación de la armadura de made-
ra —introduciendo tirantes de hierro cada cierta
distancia para arriostrar los muros—, reconstruc-
ción de pretiles, recolocación de solería y aliceres,
ejecución de nuevos enlucidos para tapar grietas,
y reposición de riscos y piedras marinas. Se optó,
además, por erigir de nuevo dos de los tres mira-
dores que rematan la Galería en el nivel superior,
disponiendo arcos y pilares de refuerzo en el nivel
inferior. Se desconoce el motivo por el cual no se
llegó a reconstruir el tercer mirador, que se situa-
ba por encima de la Fuente de la Fama
13
.
Figura 5.
Testero sur del Jardín de Troya
Figura 6.
Litografía de F. J. Parcerisa desde
el Jardín de las Damas, en su obra
Recuerdos y Bellezas de España,
1856
1...,112,113,114,115,116,117,118,119,120,121 123,124,125,126,127,128,129,130,131,132,...316
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